Dolor de rodilla agudo y crónico: ¿cómo tratarlo?

Las rodillas se consideran las articulaciones más estresadas del cuerpo humano. Según las estadísticas, uno de cada tres pacientes con problemas musculoesqueléticos se queja de dolor. Este síntoma puede ser expresión de una patología grave, especialmente si duelen ambas rodillas. Para no perder el tiempo y mantener la movilidad de las piernas, es importante consultar a un médico inmediatamente después de la aparición de los síntomas.

Causas del dolor de rodilla

¿De dónde viene el dolor?

La rodilla es una gran articulación en bloque de las piernas, cuya estructura consta de huesos bastante grandes (fémur, tibia y rótula), una cavidad articular revestida con cartílago hialino, así como varios pares de ligamentos (vertical principal, superior e inferior). , lateral interno y externo, cruzado) y meniscos.

Los receptores del dolor no se encuentran en todos los elementos. Entonces, si se queja de dolor en las articulaciones de la rodilla, generalmente está localizado:

  • en la membrana sinovial;
  • cintas;
  • periostio.

¡Bueno saber! Los elementos cartilaginosos de la rodilla no están inervados y, por tanto, por definición, no pueden doler. Aunque la causa del malestar radica en la destrucción del tejido que recubre la articulación, el dolor sugiere que el periostio y el revestimiento de la cápsula articular están implicados en el proceso.

El dolor puede ser causado por:

  • procesos inflamatorios degenerativos del cartílago articular;
  • Infecciones del tejido blando, conectivo y cartilaginoso;
  • Inflamación de las articulaciones (bolsas, cartílagos, tendones);
  • Lesiones de ligamentos, meniscos, huesos;
  • Problemas circulatorios en la zona de la rodilla.

Cada grupo de patologías se caracteriza por signos específicos, cuya identificación ayuda a realizar un diagnóstico y seleccionar el tratamiento adecuado.

Enfermedades inflamatorias degenerativas.

La osteoartritis (gonartrosis) es responsable de hasta un tercio de todos los dolores localizados en una o ambas rodillas. Esta enfermedad afecta a personas mayores y se desarrolla gradualmente. Las molestias leves después del esfuerzo físico se vuelven gradualmente comunes y, después de 2 o 3 años, incluso las distancias cortas se acompañan de dolor en una rodilla o en ambas piernas al mismo tiempo.

¡Bueno saber! La gonartrosis no se caracteriza por un empeoramiento de los síntomas en reposo. Mis rodillas no me molestan por la noche, cuando estoy sentado o incluso cuando estoy de pie tranquilamente por un corto tiempo.

Además de los síntomas de la osteoartritis, los pacientes se quejan de rechinamiento y deformación de las articulaciones. La hinchazón, el enrojecimiento y la sensación de calor en las articulaciones de las piernas no son típicos de esta enfermedad.

Lesiones de menisco

Las lesiones de menisco se caracterizan por la aparición repentina del síntoma principal: dolor agudo en una pierna, con menos frecuencia en ambas piernas. Siempre ocurre durante el movimiento activo: correr, saltar, durante una maniobra fallida sobre esquís o patines. El proceso va acompañado de un crujido claramente audible y perceptible en la rodilla.

La intensidad del dolor es tan intensa que resulta imposible doblar o levantar la pierna afectada. Al cabo de un cuarto de hora el síntoma desaparece. Si no se brinda ayuda, la inflamación se desarrolla dentro de las 24 horas:

  • aparece hinchazón en el área de la rodilla lesionada;
  • el síndrome de dolor se intensifica;
  • La movilidad está restringida.

Al intentar apoyarse en la pierna, se produce un dolor agudo que hace que la extremidad se doble. Si no consulta a un médico para recibir tratamiento, todos los síntomas enumerados desaparecen gradualmente y desaparecen después de aproximadamente un mes. Sin embargo, después de una larga caminata, hipotermia o entrenamiento, regresan.

Procesos inflamatorios e infecciones.

La artritis, la bursitis y la sinovitis infecciosas y no infecciosas son acompañamientos comunes de enfermedades y lesiones degenerativas. La naturaleza del dolor en las patologías inflamatorias es dolorosa, torcida o explosiva, a veces ardiente.

¡Bueno saber! A diferencia de otras causas, el dolor de rodilla causado por la artritis aumenta en reposo y durante el sueño y disminuye con el ejercicio. El síntoma se vuelve particularmente grave después de un esfuerzo físico prolongado.

La enfermedad se acompaña de hinchazón y enrojecimiento de las articulaciones; si la cápsula articular está afectada, también puede producirse acumulación de líquido. La deformación que se produce parece un nudo elástico en la superficie de la rodilla. La piel de arriba se vuelve tensa, brillante y roja.

Alteraciones de la circulación articular.

El llamado dolor vascular suele aparecer en la adolescencia y acompaña a la persona durante toda su vida. La razón de su aparición puede ser el crecimiento desigual de varios tejidos de las extremidades: los huesos "superan" a los vasos y músculos, lo que provoca tensión en estos últimos.

Particularidades de los síntomas vasculares en la rodilla:

  • Simetría: se produce malestar en ambas extremidades;
  • se produce una exacerbación del dolor con un cambio brusco de temperatura, un cambio de clima y actividad física;
  • Se debilita rápidamente después del masaje.

Este tipo de dolor no requiere ningún tratamiento especial más que el uso de remedios locales.

tendinitis

La periartritis de la pata de gallo (uno de los ligamentos de la rodilla) es típica de mujeres mayores. El síntoma sólo ocurre al cargar objetos pesados y subir escaleras. Hay poca o ninguna molestia al agacharse o moverse sobre una superficie plana. No existe una restricción significativa en la movilidad de la extremidad afectada. No hay hinchazón, enrojecimiento ni deformación en la periartritis.

Métodos de tratamiento

Es aconsejable confiar el tratamiento de las rodillas a un médico: ortopedista, traumatólogo, reumatólogo o cirujano. En la terapia también pueden participar especialistas de otras áreas: fisioterapeutas, quiroprácticos, masajistas. Los objetivos de la terapia no son sólo eliminar el síntoma, sino también restaurar su funcionalidad y prevenir exacerbaciones repetidas.

Antes de comenzar la terapia, se realizan diagnósticos:

  • Radiografía de la articulación, que permite visualizar daños a huesos, cartílagos y meniscos;
  • La tomografía computarizada o la resonancia magnética son métodos que pueden detectar anomalías de los vasos sanguíneos, tejidos blandos, huesos y cartílagos.
  • Ultrasonido de las articulaciones, que permite detectar daños en el cartílago y determinar el volumen y la densidad del líquido sinovial;
  • Artroscopia: método de examen visual de la cavidad articular mediante un dispositivo óptico;
  • Análisis microscópicos del líquido intraarticular para detectar infecciones e inflamación.

Las tácticas de tratamiento se seleccionan en función del diagnóstico, pero el esquema es siempre el mismo:

  1. La primera etapa es el tratamiento sintomático y el alivio del dolor.
  2. El paso principal es eliminar las causas del malestar.
  3. El último paso es la restauración conjunta.

La terapia conservadora con analgésicos y antiinflamatorios es suficiente para eliminar los síntomas. Se prescriben en forma de remedios locales (pomadas, geles) y en forma de tabletas para administración oral. Además, los médicos recomiendan distracciones y agentes calentadores.

En las primeras etapas, es importante dejar descansar la articulación afectada. Se deben excluir las cargas:

  • caminata larga;
  • Levantar pesas;
  • Practicar ciertos deportes que requieran sentadillas o saltos activos.

Si se lesiona una extremidad, se puede utilizar un vendaje rígido de inmovilización, una ortesis o incluso un yeso, siguiendo el consejo del médico tratante.

Dependiendo del diagnóstico, también se pueden recetar otros medicamentos:

  • tónicos generales y complejos de vitaminas y minerales;
  • AINE, incluso en forma de inyecciones;
  • preparaciones con condroitina y glucosamina;
  • Ingredientes activos que aceleran la regeneración del tejido dañado.

Después de una mejora objetiva, se prescribe un curso de ejercicios de fortalecimiento general, fisioterapia, masajes y fisioterapia para restaurar la funcionalidad de las articulaciones y fortalecer músculos y ligamentos.

Si la terapia conservadora es ineficaz, se utilizan métodos radicales: intervenciones quirúrgicas y mínimamente invasivas. Las indicaciones directas para esto son:

  • dolor intenso que no se alivia con analgésicos;
  • Formación de exudado purulento en la cavidad articular o cavidades purulentas en los tejidos blandos de las articulaciones;
  • bloqueo parcial o completo de la articulación;
  • deformación importante del cartílago, alterando o bloqueando la funcionalidad de las articulaciones;
  • Daño a los elementos internos de la articulación: huesos, cartílagos, meniscos, ligamentos cruzados.

Después de la operación, se continúa la terapia conservadora para prevenir complicaciones y aliviar los síntomas. Para recuperar la movilidad, fortalecer y estabilizar las articulaciones de las piernas se realiza rehabilitación, que consiste en fisioterapia, fisioterapia, masajes, hidroterapia, etc. Para evitar exacerbaciones repetidas, se recomienda cargar moderadamente las extremidades, evitar la hipotermia y consultar, si experimenta algún síntoma, busque atención médica de inmediato.